¿Qué vidrio elijo para mis ventanas?

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Si queremos encontrar la ventana que mejor se adapte a nuestras necesidades, es importante conocer los diferentes tipos de vidrio que existen en el mercado. Un buen vidrio junto a un buen perfil mejorará nuestro confort y aislamiento.

La evolución y el crecimiento del sector de la ventana ha hecho que cada vez tengamos a nuestro alcance perfiles y vidrios más resistentes y con mejores prestaciones. Soluciones que favorecen la eficiencia energética y que poco tienen que ver con aquellas ventanas de épocas anteriores.

Si anteriormente hemos hablado de la importancia que tiene el material al elegir ventanas, hoy queremos hablaros de los diferentes vidrios que existen.

Es importante recordar que una ventana está compuesta por diferentes elementos, destacando: el perfil, los herrajes y el vidrio. La elección de este último dependerá de nuestras necesidades y de la ubicación de nuestra vivienda (zona con mucho ruido, expuestos a un clima frío, etc). Lo importante es conocer los diferentes tipos de vidrio que existen en el mercado y sus posibles combinaciones.

Si tanto la elección del vidrio como del perfil van en la misma dirección, obtendremos la ventana perfecta para nosotros. Ya que de nada sirve un vidrio muy bueno si el sistema escogido es deficiente, y viceversa.

Tipos de vidrios para ventanas

Existen muchísimas posibilidades a la hora de elegir los vidrios para nuestras ventanas. Además, también podemos realizar combinaciones creando acristalamientos dobles o incluso triples; elegir diferentes espesores, el tipo de gas que separará un video de otro y/o si necesitaremos algún tratamiento especial en alguno de los vidrios (control solar, anti-suciedad, etc). Lo mejor es verlos uno a uno:

Vidrio sencillo o flotado:

Este vidrio está prácticamente obsoleto, sin embargo todavía contamos en España con muchas viviendas que tienen ventanas con este tipo de vidrios. Es un vidrio que, por sí solo, ofrece bajas propiedades térmicas y acústicas. Podríamos decir que es el más económico pero también el más ineficiente. Hoy en día prácticamente nadie lo usa por si solo (sí, si lo usamos como vidrio laminado).

Vidrio laminado:

Como su propio indica, este vidrio es el resultado de unir diferentes vidrios monolíticos (sencillos) introduciendo entre ellos láminas de PVB (polivinilo butiral). Esta combinación mejora la resistencia y seguridad respecto a los vidrios sencillos. Realmente estos vidrios se utilizan sobre todo en barandillas, mamparas, etc.

Vidrios con cámara o doble acristalamiento:

Actualmente son la opción más demandada en ventanas. Estos vidrios están formados por varias hojas de vidrio (que pueden ser de diferentes espesores) separadas por una cámara de aire. Esta cámara está sellada térmicamente y puede ser de aire deshidratado o gas argón (tiene una conductividad térmica menor que la del aire).

¿Las ventajas de este tipo de acristalamientos? Que mejoran notablemente el aislamiento acústico y térmico de la ventana, ya que la cámara de aire que separa los dos vidrios reduce la transmisión de calor y/o frío entre el exterior y el interior. Según las necesidades térmicas o acústicas que tengamos podremos recurrir a un triple acristalamiento. Además, también podemos aplicar diferentes tratamientos extra en los vidrios (control solar, bajo emisivo…).

Vidrio templado:

Realmente es un vidrio sencillo pero que durante su fabricación recibe diferentes tratamientos que permiten aumentar su resistencia. Esto hace que los vidrios templados se recomienden en espacios en los que necesitamos un extra se seguridad (por ejemplo en escaparates de comercios, marquesinas, etc.). Otra de las grandes ventajas de este tipo de vidrios es que en caso de rotura se quedará roto en pequeños trozos, evitando que podamos cortarnos o sufrir accidentes.

Vidrios con tratamientos especiales

Existen diferentes vidrios que ofrecen determinadas características “extra” debido a los tratamientos que reciben. Este tipo de vidrios se pueden utilizar al fabricar acristalamientos dobles o triples. Os hablamos de algunos de ellos:

Vidrios bajo emisivos:

También se conocen como vidrios low-e o ATR (aislamiento térmico reforzado), y su principal objetivo es mejorar la eficiencia energética de la ventana (y por tanto, también de nuestra vivienda). Este tipo de vidrios son recomendables en zonas sometidas a bajas temperaturas en las que nos interesa retener el calor interior.

Los tratamientos que reciben los vidrios bajo emisivos reducen su valor U y ayudan a evitar que el frío o el calor del interior de la vivienda se escape.

Vidrios con control solar:

A diferencia de los anteriores, este tipo de vidrios son especialmente útiles si nuestra vivienda está excesivamente expuesta a las radiaciones solares. El tratamiento que reciben los vidrios con control solar permite reducir la cantidad de radiación o calor solar que pasa a través del vidrio, disminuyendo así el calor de nuestra vivienda.

En el mercado también podemos encontrar vidrios con otro tipo de tratamiento como los vidrios anti-suciedad (repelen el agua y ayudan a evitar las manchas) y/o los videos inteligentes, entre otros. Estos últimos forman parte de la revolución que la domótica está suponiendo para el sector, son vidrios que cambian y reaccionan a las diferentes exposiciones solares o cambios de temperatura (se vuelven más opacos o no).

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